No sé tú, pero yo esta noche no he dormido especialmente bien.
Ya sabes. Entorno, cenas tarde, y al final acabas comiéndote hasta el pan congelado con mayonesa.
Así que nada, me he despertado creo que sobre las cuatro y media y he hecho lo que no se debería hacer:
Mirar el móvil.
¿Y?
Notificación de Stripe.
¿Y?
Renovación de la suscripción uno de los alumnos de la Mentoría.
(Tranquilo, que no te voy a vender la Mentoría. El acceso para nuevos alumnos está cerrado hasta bien entrado 2026).
En todo caso, vi la notificación azul y pensé: qué paz, joder. Qué puta paz.
Qué tranquilidad saber que, aunque tengas una mala noche, o un mal mes, el negocio sigue.
Y no porque yo sea un iluminado, ni porque tenga un equipo gigante, ni porque haga funnels con 19 pasos.
Sino porque hay un sistema.
Un puñetero sistema que te genera ingresos recurrentes y predecibles todos los meses aunque anoche te pasaras con la cena.
¿Alternativa?
Bueno, eso ya lo conoces.
Es esa forma de currar en la que, si tú no estás, no pasa nada. Porque no entra ni un céntimo.
Esa forma de negocio en la que vas todo el día corriendo con una lista de tareas en la cabeza y un nudo en el estómago.
Esa forma de vida en la que el domingo por la tarde te pones a hacer facturas con el portátil medio torcido en el sofá, y la espalda como un cromo.
Eso también tiene un precio.
Lo que pasa es que no lo ves en la cuenta, sino en tu cara.
En tu nivel de paciencia, en cómo contestas a tu pareja, o en que ya no te apetece ni llamar a tus colegas, porque sabes que la primera pregunta será: “¿cómo va el curro?”
Y ahí ya no quieres responder.
Solo quieres que pare.
Que pare la rueda. Que pare la exigencia. Que pare el agobio de sentir que nunca es suficiente.
La mala noticia es que no va a parar sola. Ni esta semana, ni la que viene.
La buena es que montar un sistema que te genere ingresos recurrentes con el mejor modelo de negocio que existe, solo depende de ti.
Uno que llevo afinando desde 2017 con mis negocios y negocios de clientes como Joan Boluda o Isra bravo.
Uno que me ha permitido dormir tranquilo, cuando no me paso con la cena, desde hace ocho años.
Y ahora te cuento cómo se hace, paso a paso, aquí:
MEMBRESÍAS SALVAJEMENTE LIBRES — 120 €
(hasta el viernes 10 a las 23:59h, que sube a 130€)
PD: Ayer me escribió un fulano para decirme que 120€ le parecía caro por recibir “solo esta información”.
Y me parece cojonudo, cada uno se limita como quiere.
En todo caso, si a ti también te parece caro, piensa cuánto te está costando no tener un puto sisterma montado.
Porque (spoiler) ya lo estás pagando.
Pero en estrés, ansiedad y años de vida.
Y ese no tiene rebajas.