“Dejo el marketing y cierro la empresa.”
Yo también cerré mi anterior negocio en diciembre del 24.
Yo también cerré mi anterior negocio en diciembre del 24.
Un negocio que iba bien.
Y aún así… lo mandé a la mierda.
Básicamente porque ya no me hacía feliz.
Y como en ese momento llevaba 7 años partiéndome la cara en el circo online, me gané el derecho de poder decidir cerrar.
Porque solo eres libre cuándo puedes decidir.
¿Cuánta gente habrá ahí afuera sintiendo desde hace años que ya no quiere seguir... pero sigue?
Ojo, eso no se ve desde fuera, pero por dentro te consume.
Porque el negocio camina…
pero tú te arrastras detrás sin aire.
Y cuesta soltar. Joder si cuesta.
Y no me refiero a que cueste por el dinero, por los clientes o por el sistema que ya tienes montado.
Cuesta soltar por el puto apego.
Porque los negocios —cuando los has parido desde las tripas— se convierten en hijos no pedidos, pero queridos.
Cuesta soltar porque hay personas que esperaban algo de ti.
Clientes. Colegas. Tu pareja. Tu audiencia.
Cuesta soltar porque tu identidad se ha mezclado tanto con lo que haces que ya no sabes si eres tú… o tu negocio con patas.
Pero escúchame bien, que esto sí quiero que te lo lleves hoy:
Tú no eres tu negocio.
Insisto, tú no eres tu negocio.
Tú no eres tu embudo, ni tu cuenta de Stripe, ni el número de alumnos que tienes.
Tú no eres lo que facturas. Ni lo que lanzas. Ni siquiera lo que enseñas.
Tú eres tú. Y ya está.
Y solo por eso ya vales todo.
Por eso afirmo tajantemente que a veces, lo más valiente que puedes hacer no es seguir.
Es echarle huevos y parar.
Es decir: “Ya está, hasta aquí. Gracias. Lo dejo.”
No me refiero a admitir tu derrota, sino a admitir tu verdad.
Porque seguir solo por pereza, por no decepcionar, porque es lo que hiciste siempre…
O, peor, por miedo a no saber qué harás a partir de ahora…
Es vía directa a la mediocridad.
Y eso te va comiendo por dentro.
Y si nadie te lo ha dicho hasta ahora, te lo digo yo:
No eres cobarde por querer soltar.
Eres libre por atreverte a pensarlo.
Y si un día decides cerrar algo que ya no va contigo…
Te aplaudo desde aquí.
Igual que me levanto y aplaudo de pie a Arturo García.
El Cerdo Estratega, uno de los referentes históricos de los negocios online en español, le echó huevos a la vida y decidió dejar el marketing y cerrar la empresa.
Así, tal cual lo oyes.
Decidió dejarlo todo. Su lista. Su negocio. Su posicionamiento. Su marca personal. Todo.
¿Para hacer qué?
Pues para dedicarse a la carpintería.
PD: Arturo, tío. Ya te lo dije el otro día por audio, pero lo repito aquí delante de todos por escrito.
Enhorabuena.
No es fácil, no es cómodo y ni mucho menos es agradable.
Pero si tras montar un Negocio Libre, minimalista, con poca carga operativa y altamente rentable, que ha financiado la vida que has elegido, has tenido los cojones de parar, solo me queda levantarme y aplaudirte de pie.
Gracias por todo lo que nos has enseñado. Sin duda también hay algo de ti en esto de aquí.