El dinero nunca fue el problema.
Como si prosperar estuviera mal visto.
No sé si te pasa, pero a veces parece que hablar de dinero es casi de mala educación.
Como si prosperar estuviera mal visto.
Como si querer ganar más te convirtiera en alguien superficial.
Sobre todo en ciertos países pasa mucho eso…
Y claro… así no hay manera de crecer.
Porque cuando no puedes hablar de dinero con naturalidad, acabas normalizando la escasez.
Y lo que es peor:
Tomas decisiones solo.
El dinero nunca fue el problema.
El problema es no tener un entorno donde se pueda hablar de él sin miedo ni vergüenza.
Un entorno donde haya gente que sabe cómo generarlo, cómo hacerlo crecer, y también cómo disfrutarlo.
Gente que no confunde abundancia con postureo.
Ni austeridad con virtud.
Porque lo que te hace libre no es lo que ganas,
sino cómo lo entiendes y con quién lo compartes.
Y si te fijas, tu entorno marca eso más de lo que crees.
Rodéate de gente que tiene una relación sana con el dinero, y tarde o temprano tú también la tendrás, hazme caso.
El 3 de noviembre verás cómo hacerlo.

