Hasta que el cuerpo dice basta.
Hay algo que no se dice lo suficiente cuando se habla de negocios:
Hay algo que no se dice lo suficiente cuando se habla de negocios:
Algo que no tiene que ver ni con cliente, ni con producto, ni con ventas.
Me refiero a que hay algo que siempre emprende contigo.
24/7/365.
Y si no lo cuidas, lo paga él.
Lo notas cuando no duermes bien, cuando comes con prisas o cuando te levantas con la cabeza llena antes incluso de mirar el móvil.
Y llega un momento en que no es cansancio.
Es otra cosa.
Me refiero a tu cuerpo, ese fiel escudero que está contigo en las buenas y en las malas…
Hasta que ya no.
Hasta que el cuerpo dice basta.
Y ahí da igual la estrategia, la facturación, los sistemas o su puta madre.
Porque sin energía, nada se sostiene.
Lo curioso es que cuando te rodeas de gente que se cuida, empiezas a hacerlo tú también.
Sin darte cuenta, casi de forma automática.
Porque, al igual que los malos hábitos, la salud también se contagia.
Joder, las rutinas, las acciones, las conversaciones… todo eso se pega.
Y al final te das cuenta (sobre todo si has pasado por algo jodido) que lo que de verdad te da estabilidad no es una agenda o cierta facturación:
Es un cuerpo que responde.
De eso también hablaremos pronto.
De cómo sostener lo que estás construyendo sin quemarte en el intento.
El 3 de noviembre vas a entender por qué te lo digo.

