Mañana vas a estar en una de ESTAS dos escenas (y no sabes cuál)
Joder, piensa una cosa un segundo.
Joder, piensa una cosa un segundo.
Mañana mismo (literalmente mañana, a las 18h) vas a estar en una de estas dos escenas:
Escena 1:
Tu cabeza tranquila.
Tu año colocado.
Tres decisiones importantes ya claras.
El runrún ese de mierda… por fin apagado.
Esa sensación de “vale, ahora sí, ya sé por dónde tirar”.
Escena 2:
Más de lo mismo.
Lo mismo que hoy.
Lo mismo que ayer.
Otra tarde perdida entre ideas sueltas, dudas viejas y ese cansancio de fondo que no se quita porque no viene del cuerpo… viene del caos.
Y hostia… entre una escena y la otra solo hay una hora de diferencia, la del directo de mañana a las 18h, que te la puedes permitir o te la puedes saltar.
Pero la decisión la tomas tú.
Y se nota.
Porque al final, ir o no ir no va de “tengo tiempo” o “no tengo tiempo”.
Va de si estás dispuesto a salir de esta especie de barullo mental en el que llevas meses o si vas a seguir dejándolo para “cuando toque”.
Spoiler: nunca toca.
Nunca llega ese día.
Nunca aparece ese momento mágico en el que todo encaja solo.
Las cosas cambian cuando te sientas una puta hora, escuchas a alguien que ya lo ha hecho, que ya ha recorrido el camino, que ya está donde tú quieres estar y pones orden.
Y con “estar” no me refiero a Andorra.
Me refiero a vivir una vida libre financiada por un negocio minimalista.
Entonces, nada, que eso vamos a hacer mañana.
Orden.
Puro orden.
Nada de fantasías.
Nada de dibujar playas.
Nada de sonrisitas de catálogo.
Solo:
qué va primero,
qué va después,
qué sobra,
qué ni deberías mirar,
y cómo dejar de montar tu negocio como quien intenta ordenar cables enredados a las ocho de la mañana.
Si quieres claridad real, mañana a las 18h la tienes.
Si no… pues mañana a las 18h seguirás igual.
Tú verás.
Y sí, habrá beneficios por venir al directo.
No los cuento hoy.
Los verás allí.
El enlace para venir te lo mando mañana.
PD: Si me escribes para preguntarme cuándo mando el enlace, te borro de la lista. Sería una lástima, porque nunca en la vida podrás acceder a esto de aquí.

