Es sábado. Y eso solo puede significar una cosa:
café en recién hecho y cero ganas de correr.
Vamos a charlar.
Imagínate que ya lo tienes.
Tu negocio ya funciona como tú quieres.
Facturas lo que necesitas. Sin agobios. Sin correr.
No tienes que demostrar nada a nadie.
No necesitas mendigar atención en redes.
Tampoco estás encadenado a una lista de tareas sin fin.
Simplemente… ya lo tienes.
Vale, ahora respira hondo.
Y dime:
¿Qué harías?
¿Cómo sería un día normal si ya no tuvieras que hacerlo todo por obligación?
¿Te levantarías más tarde? ¿Cerrarías antes? ¿Cambiarías de ciudad?
¿Pasarías más tiempo con tus hijos? ¿Con tu cuerpo? ¿Con tu puta cabeza?
¿Pondrías límites? ¿Te borrarías de algún sitio? ¿Dirías más veces que no?
O al revés… ¿montarías algo nuevo sin la presión de que tiene que funcionar?
Ojo, no te me vayas por las ramas. No me cuentes lo que ‘deberías’ hacer.
Dime lo que de verdad te gustaría hacer.
Yo no sé tú, pero en mi caso… cuando por fin mi negocio me sostuvo (no al revés), algo cambió en mi forma de vivir.
Dejé de estar en guerra permanente.
No con el mercado, ojo.
Conmigo.
Y lo curioso es que, al quitarme esa presión, empecé a disfrutar más. A crear mejor. A escribir con menos filtros y más entraña.
Solo tienes que leerme a diario para darte cuenta.
Por eso te pregunto hoy esto.
Porque sé que tú también estás construyendo algo, y me importa entender qué es lo que hay debajo de eso que estás construyendo.
No me digas que “quieres más libertad”. Eso ya lo sé.
Dime para qué.
Dime tu razón ulterior.
Dime qué te gustaría hacer un martes cualquiera si ya facturaras lo que te hace falta de la manera que quieres.
No digo de cualquier manera, que eso igual ya lo estás haciendo ahora.
De la que verdaderamente quieres.
¿Sabes por qué?
Porque si lo tienes claro, entonces ya no se trata de “tener un negocio”.
Se trata de que ese negocio financie la vida que realmente quieres vivir.
Y si me dices cómo sería esa vida… puedo ayudarte mucho mejor a construir el sistema que la financie.
Así que respóndeme a este email y cuéntame cómo sería tu día ideal si ya estuvieras donde quieres estar.
Te leo.
Y si puedo acercarte a eso, lo haré.
Un abrazo salvaje,
—Jordi
PD: Hay gente que nunca me había escrito antes y cuándo lo hace dice…
“Hostia, ¡pero si respondes! Pensaba que no y por eso jamás te escribí jajaj”
Claro, ¿qué te pensabas, que soy una IA o algo? ¿Y que detrás de todo esto no hay piel, sino circuitos y microchips?
Escríbeme, anda.
Q
👋Hola Jordi, un gusto....
Que haría, si ya fuese dueño de mi tiempo?....Pues primero, ordenar mis cosas, todas(materiales y espirituales, primero), y ponerme la ropa para enseñarle a mi familia. Que se consigue(siempre con esfuerzo), alinear los tiempos.....para tener el tiempo justo que necesitas para disfrutar de todo lo imaginable....Un placer, pases bien🤝