¿Qué te está jodiendo más en tu negocio ahora mismo?
Quiero leerte.
Que emprender no es un camino de rosas, es algo evidente.
Es un sube y baja constante.
Momentos de gloria, y otros en los que te dan ganas de mandarlo todo a la mierda.
Esos días en los que te preguntas por qué coño empezaste esto.
Lo sé bien…
Sentía que mi negocio me tenía cogido por los huevos.
Pero, ¿sabes lo que más me jodía?
Que no podía señalar una sola cosa.
Era un cúmulo de marrones.
Hasta que un día cogí el toro por los cuernos, me senté con un café que ni disfruté, y me puse a escribir qué me estaba matando por dentro.
Y tengo que decirte que fue como sacarme un peso de encima.
Una liberación de la hostia.
Y por eso te escribo hoy.
Quiero que hagas lo mismo y que me cuentes qué te frustra más de tu negocio ahora mismo.
¿Qué te saca de quicio?
¿Qué te tiene harto?
¿Qué te hace pensar "joder, otra vez con esto"?
Piénsalo un segundo.
¿Son las tareas que se acumulan sin parar?
¿Esas ventas que no llegan por mucho que te lo curres?
¿Ese cliente que siempre pide más por menos?
¿Las horas que pasas en cosas que no te llenan?
¿O que no tienes ni un puto minuto para ti, para lo que de verdad importa?
A mí me pasaba eso último.
Trabajaba 25 horas al día.
Y cuando llegaba la noche, no tenía ganas ni de hablar con nadie.
Me sentía vacío, como si mi vida no fuera mía.
Normal, mi negocio era mi jefe. Y un jefe cabrón, además.
Me sentía atrapado, como si hubiera montado una jaula con mis propias manos.
Y lo peor: no veía la salida.
Pero escribirlo ayudó.
Ponerle nombre a esa frustración, verla en negro sobre blanco, fue el primer paso para empezar a cambiar las cosas.
No te digo que lo soluciones hoy, ojo. Solo que lo saques fuera.
Así que, dime:
¿Qué es lo que más te frustra de tu negocio ahora mismo?
¿Qué te está chupando la vida?
¿Qué cambiarías ya si pudieras?
No hace falta que me des un discurso, pero suéltalo. Con dos líneas me vale.
Respóndeme este email y cuéntame qué te tiene hasta las narices.
Quiero leerte.
Quiero saber qué te pasa.
Porque te entiendo. Sé lo que es estar ahí.
Y a veces, solo decirlo ya alivia.
Venga, te leo en un rato.
Un abrazo salvaje,
Jordi
Igual que tú, yo me libré de las cargas de mis emprendimientos. En algunos casos vendiendo y en otros cerrando. No me arrepiento.
La falta de estrategia para alcanzar mejores proyectos. A veces siento que voy remando solo.