No sé qué coño nos pasa a los que montamos negocios online, pero a veces es como si nos encantara enredarnos.
Sabes lo que tienes que hacer.
Pero piensas tanto, lo retuerces tanto, que no haces nada.
Como el que se tira 40 minutos mirando una herramienta nueva que, en teoría, “me iba a cambiar la vida”.
¿A quién no le ha pasado esto alguna vez?
Ni la necesitabas.
Ni la has vuelto a abrir.
Pero durante ese rato… te convenciste de que ahora sí. Que con eso, por fin, ibas a avanzar.
Estoy hablando de esa rayada mental tipo:
“Vale, podría hacer esto…
pero antes tendría que revisar esto otro…
y claro, si eso no está claro, igual no tiene sentido lanzar todavía…
mejor me espero a la semana que viene…
o hago otra formación…”
Y mientras tanto, pasan los días.
Y tú con la sensación esa rara de haber estado a mil… pero no haber decidido nada.
Es como tener muchas pestañas abiertas… pero ninguna cargando.
Sabes lo que te digo, ¿no?
Y, ojo, no es que no trabajes.
Si alguien te ve desde fuera, diría: joder, qué currante.
Pero tú sabes que no.
Que estás moviendo cosas sin mover nada.
Es como el que va al gimnasio a mover kilos en vez de a entrenar. Que no es lo mismo.
Y lo peor es que eso cansa. Mucho.
Porque no es solo físico. Es mental.
Y encima, te preguntas si el problema eres tú.
“¿Será que no valgo para esto? ¿Será que no tengo madera?”
Y lo piensas en bajito, pero lo piensas.
No. Lo que no tienes es foco. Ni marco. Ni dirección.
Pero eso se aprende. Y se entrena.
En la lección de esta semana de la Mentoría (que te mando solo si entras antes del viernes a las 23:59) te enseño justo eso.
No te enseño “hacks”.
No te enseño “productividad”.
No te enseño “qué herramienta usar”.
Te enseño a pensar bien tu negocio para que dejes de tomar decisiones desde el agobio, desde la prisa o desde el ruido de lo último que viste en Instagram.
Mira, aquí no hay recetas mágicas.
Hay claridad.
Una forma distinta de construir.
Y, sobre todo, muy libre.
Entonces, si estás hasta los cojones de pensar sin decidir, esta lección te va a venir de puta madre. Hazme caso.
Además de mi acompañamiento estratégico para pensar juntos tu negocio, claro.
Eso sí, como te decía, debes entrar a la Mentoría antes del viernes a las 23:59.
Después, te la pierdes para siempre.
Por eso te recomiendo que no lo dejes para luego. Porque ya sabes lo que pasa con ese ‘luego’.
En fin, que hay más de 100 personas dentro y cada sábado saben lo que toca hacer.
Si tú aún vas a tientas, igual es el momento.
MENTORÍA DE NEGOCIOS LIBRES
PD: Pensar sin dirección agota más que trabajar.
Díselo sino a tu cabeza.
Detalles y contratación ahí: